miércoles, 30 de abril de 2008

En vos puedo confiar

En tus besos puedo confiar, en tus labios anhelo reposar y así tu boca besar,
Sin tus abrazos no puedo seguir, me faltaría todo, sería nada.
El sol es más brillante cuando amanece y estás a mi lado, radiante, mirándome.
Junto a tí nunca están lúgubres y grises los días, siempre hay alegría, destellos.

En tu diáfana mirada puedo observar tu ternura, tu encanto, tu sinceridad.
Siempre es muy fácil hacer cosas con vos, chica del -arrozconleche-
Princesa ubicadísima, Diva incesante, Venus radiante, mujer excitante.
Siento cosas increíbles a tu lado, cosas inimaginables, inefables.

En mis sueños las olas son más salvajes, la rompiente, su compañera.
Cuando me hablás el sol es tan hermoso, con tu amor, el colibrí vuela más alto.
La luna, en demasía radiante, tus ojos expectantes y penetrantes.
El viento, cuál Ponto, como tu amor, es imponente, incesante. Oh Dea!

Estrellas luminosas, paisajes agrestes, vegetación salvaje, todo es así con vos.
Ríos tan fluídos, crecidos, arremeten, descollante sensación, tus caricias.
Tu amor, como ellos, tan naturales, empero emocionante, increíbles, te amo tanto!
Si! Divina tentación, amada mía, con tu amor soy alguien, puedo sentir.

Los jilgueros cantan la melodía de la primavera, si me das tu amor, tus besos,
Queridísima novia de suave piel, blanca radiante, pechos turgentes, mi chica fiel!
En vos puedo confiar, y todo lo demás llegará, como el aura cada mañana,
Imponente, ingente, exuberante, mi amor, mi cielo, mi vida, sos vos
!

Musa Inspiradora

Hoy estoy un tanto feliz, con el corazón contento y completo,
lleno, embriagado, embelesado, latente, animoso, alentado,
resuelto, valiente, y, a menudo, me siento a escribir,
y pensando en vos, pues, me salen líneas tan sinceras como éstas.
Hay tantos sonidos, múltiples, imaginarios, terrenales,
sublimes, como el cantar de un pájaro, silvestre, insensato,
que la distancia me niega, me priva a reconocer,
como tu presencia implacable, divina, diva, dea.
Cómo quisiera tener tu corazón ahora, para mirarlo,
contemplarlo, y no dejar de hacerlo, por siempre,
tan especial y glorioso, que fantástico que es el mundo si vos estás,
qué fácil es el cantar de la vida con tu gracia divina.
Quiero oír susurrar las hojas y las campanas palpitar,
como lo hace mi corazón, tan tuyo, tan de nadie, tan mío,
oh, bella pmpxa, tan impaciente, mejor estudiosa, intrigante,
!Cuántos poetas desearían escribirte algunas estrofas!
Yo lo hago, y no me arrepiento, siento turbación,
desahogo, desenfreno, desdén, mi mente no se nubla por tí,
el canto del grillo es tu voz, es mi elixir, mi subsistir,
y me doy cuenta de algo que nunca pensé.
Qué te quiero amar como te lo merecés, y nunca más olvidarte,
y priorizarte como a ninguna, sino, me hundo, como el viento en la arena,
y las golondrinas no cantan, no respiran en lo alto, apenas se elevan.
Mi amor hacia ti, es como el Céfiro cuando descansa tranquilo.
Sol de otoño, pétalo de rosa, ésa sos vos, fervorosa,
sin embargo, tengo mucho amor para obsequiarte,
mi espíritu está débil sin tu presencia, es como la muerte, tenue, lúgubre,
funesta, melancólica, una vez más, te digo,
que sé como hacerte feliz, oh, mi dea.

Con tu amor

Inexplicable sensación recorre mi cuerpo cuando te veo.
Inmejorable pasión siente mi corazón cuando me amas.
Inexorable tristeza padezco cuando te vas
Increíble placer siento cuando estoy dentro de tí.
Inefable la palabra que describe nuestro amor.

Bienaventurado soy por que te tengo.
Grandioso y oportuno fue el momento en que te conocí.
Brillante y genial es ahora, cuando te conozco.
Placentero y esperanzado es el mañana, a tu lado.
Especiales y gratificantes vendrán nuestros retoños.

El amor se escribe mejor si es para nosotros dos,
y así, el corazón podrá latir, amar, palpitar, tremular,
El cerebro puede actuar si imagina tu figura angelical.
Los brazos de mi cuerpo sienten el calor si vos los rodeas.
Mis piernas pueden moverse si tus manitos las acarician.

Reconquistándote

Oh! Pmpxa de áureos cabellos, de piel suave y blanquecina,
Quiero conquistar nuevamente tu corazón y tu encanto de diva.
Tal vez necesite más que estas simples y triviales estrofas,
Te pido que tengas paciencia, todo llega cuando menos lo imaginás.

Nefasto Cronos me devora, la Alma Máter me esclaviza,
cual Prometeo, me siento atado y encadenado al Cáucaso,
Quiero ser como Zeus, el de la égida, quién lleva el tonante.
Para escaparme y conquistarte, una vez más, por siempre.

Y nunca más dejar de amarte, volver a cortejarte y desearte.
Para estar juntos y ver crecer nuestros retoños, párvulos e inescrupulosos.
Nuestros, morochos y de ojos claros, ojalá Mendel no se equivoque.
Oh Dea, te amo con locura y pasión, por vos late mi corazón.

Infancia

Chimenea en subsuelo, pelopincho amarilla, bicicleta un tanto verde.
Plantaciones de naranjas, arañas solitarias, con la pelota jugábamos.
Mosquitos por doquier, vos me explicabas, que tal vez picaban.
Cuentos por la noche, no recuerdo mucho más, empero me cuidaban.

Mudanza repentina, vecinas mujeres, algo más que placeres.
Inolvidable garage, abundantes niñeras nos vigilaban, nos acunaban.
Ustedes viajaban, nosotros jugábamos, inventábamos, soñábamos.
Patio trasero, Santa Rita nos miraba, con diáfana mirada, algún canino jugaba.

Recuerdo que callejeaba, Alsina y Belgrano me alentaban.
Corrientes se dejaba, Donado y Soler también me gustaban.
Por Alem a veces deambulaba, y por Brown circulaba.
Por Fitz Roy me veía y por O’Higgins todo el día.

En el cañon me trepaba, en el teatro merodeaba, en la academia dibujaba.
En el empedrado me lastimaba, palomas liberaban, otros niños jugaban.
La palmeras me protegían de Helio, el que todo lo ve.
La pelota nos hacía feliz, eso siempre lo sé.

La naranja sólo quería, Napostá; mi algarabía.
Freddy me enseñaba, el balón dudaba, yo lo intentaba, encestaba.
Gracias Papi por el -caballo azul-, me mirabas jugar, eso me gustaba.
Mañanas frías, triunfos, encomios, alientos, todo lo sentía.

Alfiles desafiantes, caballos elegantes, con Francisco estudiábamos.
¿Cómo derrocar al Rey? Eso nos preocupaba, quizá nos inspiraba.
Torneos por doquier, a veces triunfaba, otras tantas perdía.
Pero yo me divertía, y crecía, y los peones me defendían.

Siempre te extrañaré, mi Bahía, mi ensenada, mi querida infancia.
Bienaventurados los que crecen en ti, cómo ésos lo hacen, cómo yo lo hice.
Me ayudaste a crecer sin dudar, sin vacilar y hoy me quiero acordar.
Que me enseñaste a palpitar, disfrutar, despertar, y a soñar.

¡Oh, bella novia!


Tú, bella novia, incesante pasión de mi ser,
tú, amante audaz, venus mortal, femme fatal,
hermoza juventud, margaritas por doquier,
esboza el viento un soplido sin igual.

Tú, incansable candor, necesario amor,
nunca tengo ese vocablo para explicar,
lo que por dentro me puedes causar,
siempre quiero recordarte, mi razón, mi primor.

Brilla el sol por la mañana, canta el jilguero,
adoro verte en el alba cada vez que abro mis ojos,
anhelo desearte al atardecer, besarte al dormitar,
sentirte una vez más, oirte respirar, murmurar.

Oh! bella novia, quisiera alejarme del mundo,
y contigo desaparecer, llevar nuestro amor al más allá,
por siempre, elegante diva, enamorada princesa,
¡Bienaventurado mi corazón al sentirte!

Oh! dulzura de piel suave y leves suspiros,
déjame cubrirte de fresco amor y verás,
qué nunca nada te va a faltar, allí estaré,
por vos, con vos, para vos, Oh! bella novia!