miércoles, 30 de abril de 2008

Infancia

Chimenea en subsuelo, pelopincho amarilla, bicicleta un tanto verde.
Plantaciones de naranjas, arañas solitarias, con la pelota jugábamos.
Mosquitos por doquier, vos me explicabas, que tal vez picaban.
Cuentos por la noche, no recuerdo mucho más, empero me cuidaban.

Mudanza repentina, vecinas mujeres, algo más que placeres.
Inolvidable garage, abundantes niñeras nos vigilaban, nos acunaban.
Ustedes viajaban, nosotros jugábamos, inventábamos, soñábamos.
Patio trasero, Santa Rita nos miraba, con diáfana mirada, algún canino jugaba.

Recuerdo que callejeaba, Alsina y Belgrano me alentaban.
Corrientes se dejaba, Donado y Soler también me gustaban.
Por Alem a veces deambulaba, y por Brown circulaba.
Por Fitz Roy me veía y por O’Higgins todo el día.

En el cañon me trepaba, en el teatro merodeaba, en la academia dibujaba.
En el empedrado me lastimaba, palomas liberaban, otros niños jugaban.
La palmeras me protegían de Helio, el que todo lo ve.
La pelota nos hacía feliz, eso siempre lo sé.

La naranja sólo quería, Napostá; mi algarabía.
Freddy me enseñaba, el balón dudaba, yo lo intentaba, encestaba.
Gracias Papi por el -caballo azul-, me mirabas jugar, eso me gustaba.
Mañanas frías, triunfos, encomios, alientos, todo lo sentía.

Alfiles desafiantes, caballos elegantes, con Francisco estudiábamos.
¿Cómo derrocar al Rey? Eso nos preocupaba, quizá nos inspiraba.
Torneos por doquier, a veces triunfaba, otras tantas perdía.
Pero yo me divertía, y crecía, y los peones me defendían.

Siempre te extrañaré, mi Bahía, mi ensenada, mi querida infancia.
Bienaventurados los que crecen en ti, cómo ésos lo hacen, cómo yo lo hice.
Me ayudaste a crecer sin dudar, sin vacilar y hoy me quiero acordar.
Que me enseñaste a palpitar, disfrutar, despertar, y a soñar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fede sos todavía un niño!qué más se puede pedir?Sos divino. Me encantó haberte conocido y tus sentimientos son de los más lindos...
Te dejo un beso y un abrazo enorme...

July.